lunes, 13 de diciembre de 2010

Fuentes de Ingresos Extra

Cuando uno quiere diversificar sus ingresos y liberarse de trabajar toda la vida para otros (aunque sea sólo en parte) tiene varios frentes posibles de ataque.
Los grandes bloques que engloban a todas las alternativas posibles pueden resumirse en estos cuatro:

1.- Los negocios
Es la alternativa inmediata en la que uno piensa. Trabajar para ti mismo en lugar de hacerlo para otros

¿El mayor problema?

Que suelen requerir una fortísima inversión de tiempo, esfuerzo y dinero.
Sin embargo, desde que tenemos internet al alcance de la mano, se han abierto las ramas de los negocios exclusivamente online y la de comenzar negocios físicos a través de una presencia en internet, que luego se puede extender a la calle si fuese necesario.

Ambos casos reducen enormemente la inversión inicial en cuanto a tiempo y dinero.
Hoy por hoy, es perfectamente factible montar un negocio a tiempo parcial si lo basamos, o al menos lo comenzamos, desde internet.
Pero ¡ojo! como en todo hay que especializarse en el tema para poder tener éxito en este tipo de negocios.

2.- Bienes inmuebles

Ya sea a través de la inversión o especulación inmobiliaria de parcelas, plazas de garaje, alquiler o compra de pisos y casas, la vertiente inmobiliaria es la que más popular se ha hecho en España.

El problema fundamental es obvio: Actualmente no hay liquidez. Si compras un piso es muy difÌcil venderlo y no es sencillo fraccionar la inversión de dinero.
El riesgo a quedarse “pillado” es alto.

Si descartamos la mentalidad del pelotazo (como siempre debería ser a la hora de pensar en obtener ingresos extra de forma consistente), la inversión inmobiliaria tiene la ventaja de que es enormemente segura a muy largo plazo y conveniente durante la mayor parte de los ciclos económicos.

Particularmente, atendiendo a los ciclos de largo plazo, se estima que será de nuevo interesante entrar en la inversión inmobiliaria a partir de 2014.

3.- Las ideas

Siempre que se menciona este bloque, se da el ejemplo de escribir un libro o editar un disco y cobrar por cada copia, pero lo cierto es que la realidad actual es increíblemente más amplia que eso.

Si bien es cierto que cualquiera de estas dos alternativas siguen teniendo vigencia, la realidad del asunto es que existen “ideas” mucho más lucrativas en el entorno hiperconectado de hoy en día.

El ejemplo perfecto lo tienes en las aplicaciones para el iPhone. Desde hace un par de años hay mucha gente que está amasando verdaderas fortunas desarrollando este tipo de aplicaciones

¿Y sabes lo mejor? Que muchos ni siquiera saben programar o tienen que molestarse en hacerlo ¡Lo subcontratan!

En en el siglo XXI, los trabajos no los realizas tú mismo, al menos no el 80% de ellos, sino que los subcontratas.

Si tienes una idea, que te falten habilidades técnicas o que necesites algún tipo de asesoramiento ya no son barreras para poder extraer dinero de ella.

Utiliza la realidad actual en tu beneficio. Exprime tu cerebro y atrévete a subcontratar todo aquello que no seas capaz de resolver de forma eficiente por ti mismo.

4.- La Bolsa

La Bolsa es, sin duda alguna, la mejor de las cuatro opciones… si aplicas la mentalidad correcta.

Los mercados financieros ofrecen espectaculares formas de hacer dinero.
Tienen la ventaja de que puedes calibrar con total precisión el riesgo que estás dispuesto a correr y puedes plantearte la especulación en los mercados como una forma relajada de sacarle una modesta rentabilidad a tus ahorros

con un riesgo ínfimo, o también puedes ir aumentando la tensión del juego para obtener beneficios que difícilmente se pueden conseguir en cualquier otro campo; eso sí, a costa de un riesgo igualmente grande.

La mentalidad correcta para acercarse a la Bolsa es la de aprender antes de hacer dinero.

Al fin y al cabo, la Bolsa está llena de profesionales que se ganan el pan operando cada día.

Teniendo en cuenta que lo que unos ganan lo pierden otros y que los profesionales son los que ganan ¿quién pierde?

Pierde el novato que se acerca a la Bolsa pensando en hacerse millonario dando un pelotazo.

Aprender a especular en Bolsa no es fácil y requiere tiempo, esfuerzo y dinero, como las otras fuentes de ingresos adicionales de las que hablábamos antes.

Pero tiene cuatro enormes ventajas. Cuatro ventajas tan potentes que te harán estar de acuerdo conmigo en que la Bolsa es la mejor forma de invertir tu tiempo, tu esfuerzo y tu dinero:

- La primera es que requiere muy poco dinero inicial comparado con montar un negocio y, mucho menos todavía si lo comparamos con comprar un piso.

- La segunda gran ventaja es que es reutilizable

¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que, una vez que has aprendido a especular en Bolsa, tienes en tus manos una auténtica máquina de hacer dinero.
Podrás utilizar tus conocimientos una y otra vez para extraer dinero del mercado de forma consistente.

Además, una vez que se entrena el ojo, el mercado proporciona constantemente oportunidades, por lo que nunca te faltarán ocasiones para hacer dinero.
- La tercera ventaja es que es escalable.

La forma de ganar 30€ en un día es exactamente la misma que la de ganar 6.000€. Sólo es cuestión de mover mayores cantidades de dinero realizando exactamente los mismos pasos.
- La cuarta ventaja de la Bolsa frente a cualquier otra fuente de ingresos es que tienes un recurso inagotable que nadie te podrá quitar jamás.
Un negocio puede quebrar.

Un piso te lo pueden expropiar o te pueden construir justo delante, devaluándolo enormemente.
El iPhone puede actualizar su software, haciendo incompatibles todas las aplicaciones de versiones anteriores.

La insuperable ventaja de saber especular en Bolsa es que dura de por vida. Nadie te puede robar el conocimiento de cómo ganar dinero en la Bolsa.

No importa lo que suceda, si aprendes a especular en Bolsa, podrás utilizarlo siempre. Como quizá ya sepas, es posible ganar dinero tanto si la Bolsa sube como si baja.

Se puede ganar dinero durante las crisis o durante épocas de bonanza. Puedes hacer dinero operando unos minutos al día, o los fines de semana, o por las noches o cuando tú quieras.

Puedes operar a cualquier hora, desde cualquier lugar del mundo y en cualquier mercado, sólo necesitas una conexión a internet.
No caigas en la falsa idea que circula de que la Bolsa es como un casino, cuestión de suerte.

La Bolsa es 100% cuestión de habilidad, una habilidad que se puede entrenar perfectamente y que, una vez alcanzada, te acompañará siempre.

Fuente: MenteMillonaria

lunes, 6 de diciembre de 2010

¿Por qué triunfan los empresarios exitosos?

El ser humano es un emprendedor innato.

Desde el momento en que nace posee la curiosidad de explorar nuevos horizontes.

Es cosa de observar un bebé que gatea.

Incansablemente investiga su entorno.

A medida que el niño se va desarrollando, llega a la famosa edad del

“¿por qué?” que tanto exaspera a sus padres. Quieren saberlo todo y aprenderlo todo.

Su curiosidad no tiene límites y su creatividad tampoco.

Lo ideal sería que el niño mantuviera ésta actitud inquisitiva hasta llegar a la adultez, pero no siempre es el caso.

¡Todo lo contrario! El espíritu emprendedor, que es tan natural en nosotros, normalmente es aplacado a medida que crecemos.

La vida nos inculca patrones de pensamiento y temores que limitan el desarrollo adecuado de nuestro espíritu emprendedor.

Éste proceso continúa a lo largo de nuestras vidas.

En la educación tradicional cada niño pasa a formar parte de un conjunto de 30 a 45 niños.

En éste contexto no es posible fomentar la curiosidad y la exploración individual.

El aprendizaje necesariamente debe hacerse en conjunto y de acuerdo a lo que otra persona eligió como tópico de estudio.

En ese momento el niño aprende varias lecciones importantes que últimamente dañarán su espíritu emprendedor innato:

• Si hago lo mínimo requerido, voy a estar bien.
• Aprender significa hacer lo que la figura de autoridad exige

• El aprendizaje es aburrido y poco atractivo
• La entretención es cuando no tienes que aprender

• Para ser un buen estudiante tengo que estudiar los intereses de otra persona
• Si no estoy obligado a aprender, prefiero entretenerme

• Mis propios intereses no son importantes, los tengo que perseguir en mi tiempo libre.
• Ninguna actividad de aprendizaje es lo suficientemente importante para profundizarla, ya que la lección de la campana es: ¡guarden los cuadernos, ahora toca estudiar otra materia!

Ya que la gran mayoría de nosotros hemos sido educados en un contexto de escuela, hemos aprendido estas mismas lecciones en mayor o menor grado.

Hemos aprendido a seguir instrucciones, a complacer una figura de autoridad con nuestros rendimientos y a vivir nuestra vida de acuerdo a lo que el sistema dicta.

Y nuestro espíritu emprendedor queda relegado a alguna actividad de tiempo libre o es enterrado para siempre en el baúl de los recuerdos, junto con nuestras aspiraciones individuales y nuestros sueños.

¿Qué podemos hacer para revivir nuestro espíritu emprendedor y así poder sobresalir en un mundo que nos educó para ser del montón?

A continuación nombro 5 medidas que usted puede tomar para volver a desarrollar su espíritu emprendedor y alcanzar las metas que usted tiene en su corazón:

1. Sálgase de la mentalidad de rebaño

Uno de los más grandes enemigos del espíritu emprendedor es la mentalidad de rebaño.

El ser humano es un ser gregario. Nos gusta pertenecer a un grupo y poder identificarnos con él.

Para eso hacemos lo que el grupo hace y pensamos como el grupo piensa.

El problema es que muchas veces el grupo, junto con darnos un sentimiento reconfortante de pertenencia, nos limita en cuanto a lo que podemos lograr como individuo.

Si usted quiere revivir su espíritu emprendedor, va a tener que estar dispuesto a nadar contra la corriente.

La historia de la humanidad está llena de emprendedores que fueron vituperados de “locos” por sus pares.

2. Debe entender que la libertad tiene su precio

Tiene que luchar para ser libre.

Cuando uno persona entiende que es única, que posee dones y talentos que la distinguen de los demás, nace el deseo de ser ese “yo” que Dios puso en cada uno de nosotros.

Esa individualidad tiene un precio.

Muchas veces significa cuestionarse paradigmas y patrones de pensamientos propios de nuestra cultura y de nuestra educación y tomar pasos de fe al explorar terrenos nuevos que no conocemos.

3. No vacile

Emprenda con determinación.

Una persona que toma la decisión de emprender un rumbo determinado un día y de pronto vacila y retoma otro camino al día siguiente, no va a llegar muy lejos.

4. Busque información positiva

Para poder ser exitoso en lo que se propone, necesitará invertir tiempo, dinero y esfuerzo en reeducarse.

Tenga en mente que la información negativa siempre es gratuita. En cambio, la información positiva que le va ayudar a salir adelante, la va a tener que buscar como si fuera un tesoro escondido.

5. No se desvíe de su meta

Si quiere fracasar en su emprendimiento, simplemente distráigase con otras cosas.

La clave del éxito está en mantenerse enfocado en lo que uno quiere lograr.

De esa manera siempre mantendrá un fervoroso espíritu emprendedor.

Fuente: Bettina Langerfeldt

Prosperidad y felicidad: ¿juntas o separadas?

Por Xavier Serbia

Me sorprende cuando algunos grupos llenan los espacios de discusión para indicarnos que tenemos que vivir en un submarino amarillo cantando “all we need is love” para ser felices.

Las críticas llueven. Que si los que viven en los países ricos son desdichados, enfrentan desintegración familiar, viven en estrés todo el día trabajando, no tienen valores familiares, mucho robo, matanzas y la lista sigue.

Todo culpa del maldito dinero y por querer tener crecimiento económico.

O sea, que los que viven en los países más prósperos son infelices y los que viven en las hermosas tierras del Togo junto a la naturaleza son las personas con más amor, unión familiar, menos matanza y robos en el mundo.

Ellos no tienen nada de estrés porque viven con las comodidades que la pacífica naturaleza les ofrece.

Como si la historia de Caín y Abel, Hamlet, de Antonio o de Shylock son materia prima de las sociedades prósperas.

Entonces, siguiendo esta línea de pensamiento, no sería descabellado concluir que la prosperidad no hace feliz a los habitantes que viven en los países ricos.

Sin embargo, aquellos con menos prosperidad son más felices.

El tema de la relación entre dinero y felicidad a estado en la mente de muchos desde centurias.

Desde Aristóteles hasta Bentham, Mill y Adam Smith el tema de la felicidad y el dinero han estado en el trabajo de economistas y filósofos.

Incluso hay un área de la economía, llamada economía de la felicidad, donde economistas y sicólogos combinan sus neuronas para definir, estudiar y medir la felicidad de los individuos y sociedades.

Los debates floran.

Están aquellos que se concentran en que la felicidad nacional no necesariamente incrementa con el ingreso todo el tiempo; que la felicidad está en otras áreas como el amor, la familia, la cultura; o que una vez cumpliste con tus necesidades básicas, el dinero pasa a un plano secundario o irrelevante en relación a la felicidad.

¿Son los miembros de los países más prósperos menos felices? No.

Contrario a la creencia de los “submarinos amarillos” la realidad es que:

1) los países más prósperos ofrecen más oportunidades de lograr el mayor potencial de felicidad, y 2) la felicidad no se condiciona sólo al sistema sino también al individuo.

Hay una relación positiva entre aumento de ingresos y satisfacción personal.

La encuesta realizada por Gallup a miles de personas procedente de 155 países entre 2005 y el 2009 muestra claramente que estar satisfecho con la vida es mucho más alto en países con mayor ingreso per capita.

O sea, los lugares en áreas como Norte America, Europa del Oeste, Japón, Australia y Arabia Saudita son países ricos con una alta satisfacción entre 7.5-8.5.

Mientras que en el sur de África, Haití y Cambodia indican una baja satisfacción de entre 3.1 y 4.5.

Cierto que hay países con menos ingreso per capita e indican una alta satisfacción – por ejemplo Costa Rica es uno-.

Pero, la tendencia indica que un alto nivel de ingreso per capita se correlaciona con un alto nivel de satisfacción por la vida.

Aunque estamos hablando a nivel agregado – el total de la gente-, el sentido común y nuestra experiencia nos pueden ayudar a comprender que puede haber casos de personas de países más pobres felices y personas infelices en lugares con ingreso más alto.

¿Por qué? Porque la felicidad no es sola y exclusivamente del país. También entra en la ecuación el individuo.

Hay un escrito muy interesante* donde tres sicólogos hablan que la felicidad contiene tres determinantes:

La parte neurobiológica de las personas (50%).

Temperamento, personalidad y otras características de nuestra personalidad que están en nuestro “DNA”.

Las circunstancias (10%) que incluye factores geográficos como la región, culturales, demográficos -edad, género y raza o etnia-; factores circunstanciales como historia personal, eventos que marcan como traumas, accidentes o ganarse un premio.

También están los factores circunstanciales como son el estado marital, ocupación, seguridad, ingresos, salud y afiliación religiosa.

La actividad intencional (40%) que son las cosas que pensamos y acciones que tomamos en nuestra vida diaria.

Le llaman intencional porque nosotros escogemos los pensamientos y las acciones.

Y muchas veces esos pensamientos y acciones lo hacemos un hábito aunque pareciera parte de nuestro DNA.

Por eso, podemos encontrar individuos que tienen todas las comodidades que un togoles dejaría hasta la camiseta con el fin de tener una cuarta parte de ellas.

Sin embargo, la persona es infeliz.

¿Acaso no vemos los dramas de tantos artistas, deportistas o personas públicas que son infelices a pesar de tener tanto? ¿La razón?

El problema puede ser de genética, puede ser circunstancias que se están viviendo y/o simplemente eligen conscientemente vivir infelices.

Lo mismo le puede pasar a una persona viviendo en un país con menos privilegios y viceversa.

El punto es que no podemos alejar la prosperidad de la felicidad. La felicidad está condicionada al nivel de prosperidad económica como también al individuo.

Cierto que el dinero no es el único pasaje para la felicidad. Pero, cierto que puede comprar mucha satisfacción de vida.

Solo piensa esto:

¿Quién crees que estará más satisfecho con la vida: aquel individualmente feliz viviendo en un país con muy bajo nivel de ingreso per capita o aquel individualmente feliz viviendo en un país con un alto nivel de ingreso per capita?

Al final, tú decides.

Fuente: Finanzas Yahoo